Plásticamente, el trabajo artístico de Jaime Velázquez tiene dos cosas que me encantan. Por una parte, y esto lo he comentado personalmente con él en alguna ocasión, sus fondos planos, de colores saturados, fluorescentes, que se difuminan y se funden unos con otros, atrapan mi mirada y podría quedarme allí muchos minutos en silencio, sin nada que hacer, extasiado. Por otra parte, está su oficio, su manera de trabajar la pintura, su pincelada matérica, pastosa, que contrasta con el carácter liso y plano del fondo, y que demuestra un conocimiento de la técnica y una maestría que queda fuera de toda duda.
Esa convivencia de caracteres sobre un mismo soporte, esa dualidad de lo plano, trabajado a pistola, y lo matérico, llevado al lienzo o la tabla con herramientas más tradicionales de la pintura, generan una vibración y una energía fantástica, que hacen que el espectador que se sitúa frente a cualquiera de sus obras disfrute al instante de una experiencia única y maravillosa.
Jaime Velázquez y su obra, un mundo reflexivo
Pero el trabajo de este artista no se queda ahí, no podemos quedarnos en una mera contemplación de una plasticidad que nos gusta más o menos. Y no podemos hacer esto porque debajo de esa imagen que está ante nuestros ojos Jaime Velázquez coloca todo un mundo reflexivo sobre la realidad que le ha tocado vivir, valiéndose, si es necesario, de la universal mitología para hacer sus propias lecturas del mundo de las tecnologías, la comunicación, diferentes cuestiones sociales,…
En definitiva, la obra de Jaime Velázquez es el resultado de la conjunción perfecta de un dominio altísimo de cuestiones técnicamente propias del ámbito artístico y, a su vez, del trabajo profundo de reflexión e investigación -casi me atrevería a decir también de traducción del lenguaje racional al lenguaje plástico- del mundo que habitamos, función esta que creo indispensable en cualquier artista contemporáneo que se precie.
A día de hoy, creo que con Jaime Velázquez nos asomamos a un artista con una larga carrera por delante, seguramente llena de éxitos y obras únicas. Larga vida a Jaime Velázquez.
Paco Mármol
Abril de 2025
